Nuestros mares en 2050

Puede que alguno aún no se haya enterado pero recientemente ha sido declarado el antropoceno como etapa geológica, ya que nuestro paso por la Tierra ya es identificable en los estratos geológicos como lo fue, por ejemplo, el Jurásico. Esta es una de las razones por las que me gustaría hablar de las consecuencias que tendrá a gran escala nuestra forma de vida actual, y para ello me he marcando el clásico «deadline» de 2050, ese donde la población humana ya rondará al menos las 9.000 millones de personas, y en esta ocasión vamos a hablar de cual es el futuro de nuestros océanos, si bien se podría hablar del de los bosques o el de otros ecosistemas, y tal vez sean estos futuras entradas del blog.

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¿Qué futuro le depara a nuestros océanos?

Pero hoy toca el mar: En mi caso, del océano que me tocará vivir y que me tocará cuidar o por contra destruir, en el caso de muchos, el océano que dejaréis a sus hijos de herencia. Pero antes de ello quiero aclarar que me parece muy complicado predecir el mundo dentro de más de 30 años, pero las tendencias están ahí y aunque los números son poderosos lo que si tengo claro es que vamos hacia los escenarios que os comentaré a continuación.

Una de las consecuencias de la actividad humana en los océanos más desconocidas es la acidificación: Nuestras emisiones de dióxido de carbono aumentan, reacciona con el agua del mar, produce ácido carbónico y se aumenta así la acidez. Dicha acidez oceánica ha aumentado un 30% en comparación con los niveles previos a la industrialización, lo cual hace que el pH (medida de la acidez, a más bajo más ácido) haya descendido 0,1, y se calcula que el pH disminuirá otras 0,2 unidades para 2050: El nivel más bajo en 20 millones de años.

Siendo un poco brutos, podríamos decir que estamos transformando el océano en una gigantesca bañera de ácido ¿Qué consecuencias tendrá esto? Principalmente, la dificultad para la supervivencia de muchas especies que dependen del carbonato cálcico para su estructura (permite la formación de esqueletos y conchas), pudiendo acabar directamente con seres vivos como los corales, los cangrejos, las almejas o los pterópodos, todos ellos base vital para todo el ecosistema marino, sirviendo de refugio y alimento sobre el que se sustenta toda la cadena trófica marina (se calcula que más de 9 millones de especies dependen de los corales). Si la desaparición de los lobos tuvo grandes consecuencias para Yellowstone…¿Qué no producirá la extinción masiva marina de estos seres?

El aumento del nivel del mar será otro de los grandes cambios en nuestros océanos: No hay un gran consenso en una cifra exacta, pero el mar podría aumentar entre 30 y 35 centímetros para 2050, y aunque parezca poco, significará la desaparición de muchas poblaciones humanas, como el país de Kiribati (Imprescindible la charla de Anote Tong que os dejo más abajo)una de las futuras causas del aumento de los «refugiados climáticos», que amenazan con causar crisis humanitarias de índole similar a la crisis de refugiaos que se vive en las fronteras de la UE actualmente.

Además, nuestra actual dependencia de los plásticos podría cambiar radicalmente los ecosistemas marinos: Se calcula que en 2050 habrá más plástico que peces en el océano, y aunque nos parezca una cifra agorera, hay que tener en cuenta que actualmente hay 1/5 de plástico y 4/5 de fauna marina. Muchas veces el problema no es la cantidad, pues también tenemos la amenaza de los microplásticos (usados en cosmética), que si bien no suponen un gran % del total, su tamaño y toxicidad ponen en riesgo a las especies marinas.

Por supuesto, todos estos cambios no tendrán únicamente consecuencias estéticas: Se calcula, por ejemplo, que el 99% de las aves marinas tendrán plástico en sus estómagos en 2050, y también son muchos los animales marinos que confunden el plástico con comida: Mientras las tortugas marinas van a la caza de bolsas de Mercadona, los albatros intentan dar a sus crías tapones de Cocacola. Este problema se hace muy gráfico en el centro del Pacífico Norte, donde se encuentra «la isla de plástico»; un área de 1.400.000 km² de plástico y desechos formada por las corrientes marinas: Imaginaos una isla de plástico del tamaño de Madrid. Ahora una del tamaño de Andalucía. Olvidadlas: España, Portugal y Francia ocupan menos que la gran mancha de basura del Pacífico. Os enlazo una charla de Charles Moore sobre esta problemática.

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Voluntarios recogiendo plástico – Fotografía de Dimitar Dilkoff

Existen múltiples cambios que cada vez afectarán más a nuestros océanos, la mayoría relacionados con el aumento de la temperatura del mar; desde fenómenos climatológicos que sumados a dicho calentamiento causan la muerte masiva de corales y otras especies, hasta el cambio de las corrientes oceánicas, que promete trastocar aún más la cadena trófica y la fijación de dióxido de carbono que nos proporciona el mar. Muchas especies se verán afectadas por el aumento de la temperatura, especialmente algunas vitales como el fitoplancton, que no solo genera esas «playas iluminadas» en las Maldivas, también es responsable de la mitad del oxígeno que respiramos («Respire dos veces, la segunda vez lo hace gracias al fitoplancton»), y es que desde 1950 se ha reducido la población de estos seres vivos en un 40%, seres vivos que no solo producen oxígeno, también frenan el cambio climático y son vitales para la fauna marina: Muchas veces se menciona el como estamos acabando con el pulmón del planeta refiriéndose a los grandes selvas amazónicas, pero el otro pulmón lo estamos destruyendo a una mayor velocidad.

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Fitoplancton bioluminiscente en las Maldivas – Fotografía de Will Ho

Por último, la sobrepesca es también una realidad. Dado el aumento de consumo de proteína animal en los países tradicionalmente subdesarrollados, los líderes mundiales tuercen la mirada a los océanos para alimentar a la población. Pero la realidad es que no es una fuente inagotable: Se cree que ya hemos perdido el 90% de la fauna marina de gran tamaño del planeta, y las naves pesqueras deben cada vez buscar sitios más recónditos para conseguir pescado. Lo triste es que mucho de los métodos de pesca existentes acaban con muchas especies que ni siquiera nos comemos, ya que la pesca es mucho menos selectiva que la caza o la producción de carne, y es que se podría hablar en este apartado de la pesca por arrastre o incluso del uso de explosivos en algunos países. ¿Para 2050? Algunos dicen que la producción pesquera habrá colapsado, aunque personalmente creo que contabilizar la fauna marina con el poco conocimiento que tenemos de este medio y hacer previsiones a tan largo plazo tiene que ser extremadamente complicado y tomado con cautela, pero desde luego parece que el peligro de acabar con la fauna marina que nos comemos es una realidad…¿El parche? La proliferación de la acuicultura, una solución que no ataja el verdadero problema: Nuestra forma de consumo (Por cierto, si os interesan estos temas, os recomiendo un libro que estoy leyendo, «De como los animales viven y mueren», de Javier Ruíz).

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Fotografía de Chris Jordan

Seguramente me deje algún tema en el tintero, pero creo que ya os he contado bastante por hoy: Tras toda esta parrafada pesimista habrá que poner algo de esperanza: el mar es tan vital para nosotros que deberán realizarse los cambios oportunos para evitar el colapso del ecosistema marino si queremos seguir viviendo en La Tierra. El tema es que tal vez lo hagamos tarde, cuando se haya perdido mucha más fauna marina y cuando los cambios que debamos hacer en nuestra vida a nivel cotidiano sean radicales y fomenten fisuras sociales aún más grandes. Y dado nuestro escaso conocimiento del fondo marino, es probable que perdamos cantidad de especies fascinantes sin llegar a conocerlas…lo cual, sería una auténtica tragedia. Así que tal vez sea buen momento para ir planteándose pequeños cambios, como reducir nuestro uso de plástico o nuestra huella de carbono, pues tendemos siempre a culpar a las grandes corporaciones cuando nuestro consumo diario es el causante de muchos de estos problemas. Espero que os haya gustado la entrada, como siempre os remito a mis redes sociales: Facebook y Twitter, que me permitirá tener mayor alcance con esta herramienta divulgativa. Como siempre, encantado si participáis en los comentarios. Nos leemos!

Bibliografía empleada:

  • Web de OCEANA
  • Charla de Rob Dunbar: «La amenaza de la acidificación marina»
  • Almost all seabirds to have plastic in gut by 2050 – CSIRO.au
  • Phytoplankton´s dramatic decline – Spiegel.de
  • Will there be more fish or plastic in the sea in 2050? – BBC Magazine
  • Cuestiones críticas de la sobrepesca – National Geographic

 

 

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