No es la primera vez que hablo de Virunga en el blog, el parque nacional más antiguo de África, último refugio del gorila de montaña. La república democrática del Congo, lecho donde se asienta este legendario parque, no ha tenido una historia bonita. Explotada y privatizada tras su colonización, no pudo ser un país libre hasta antes de ayer (1960), cuando Patrice Lumumba lideró al país a su independencia. Pero el egoísmo, la codicia y la calamidad de aquellos que habían dominado el país antaño hicieron que un año después fuese ejecutado, con supuesta implicación extranjera, especialmente belga y estadounidense, siguiendo con la explotación extranjera del país. Las balas siguen corriendo, el genocidio de Rwanda en 1994 estalla en una guerra civil, y los grupos rebeldes comienzan a enriquecerse con los minerales de sangre.
En 2003 llega la «paz», 3 años después llegan las primeras elecciones democráticas desde los últimos 40 años. Ahora, en la actualidad, la inestabilidad está volviendo. Una nueva riqueza ha aparecido en el Congo. Una nueva riqueza que los poderosos y la codicia quiere explotar. Los congoleños se interponen entre la codicia y el último refugio para los 800 gorilas de montaña que quedan en nuestro planeta; más de 130 guardas forestales han muerto defendiendo a estos animales y su entorno (de hecho, ya mencioné a estos guardas forestales y a sus perros en el post sobre patrullas caninas en África). Esta es la historia que pretende contar «Virunga», el documental que ha sacado Netflix sobre el tema. En octubre, Netflix llega a España y será una buena oportunidad para verlo a través del mes gratuito que suelen ofertar.
Ya os hablé largamente de los gorilas de Virunga, un caso excepcional de conservación, donde el intrusismo parece la única manera de mantener a los últimos de su especie. Creo que es interesante que os deje el enlace a dicho post, donde escribo sobre estos excepcionales animales. Sin embargo, puede que una de las mayores amenazas, dejando la diversidad genética y las enfermedades, sea la historia que se narra en este documental sobre furtivismo y sobre todo, de codicia.
Si bien no quiero hacer un análisis del documental, en cuanto tengáis oportunidad es vital que lo veáis; pues a través de los ojos del cuidador de gorilas Andre Bauma, un guarda forestal de Virunga Rodrigue Katembo, el propio director del parque (Emmanuel de Merode) y de la periodista Mélanie Gouby nos metemos en la piel de algunos de los hombres y mujeres que intentan frenar una de las mayores guerras que la naturaleza y sus defensores deben lidiar en nuestro planeta.
«No queremos que la próxima generación herede un mundo o un país tan roto como el nuestro»
Rodrigue Katembo
Y es que la guerra ha devastado el país, sin embargo, poco a poco retorna la fauna que abandonó la zona por la guerra, una de las grandes amenazas de la fauna salvaje, muchas veces olvidada. Pero la creciente inestabilidad actual parece estar haciendo temblar los logros que se han estado cimentando los últimos años. La conservación de la fauna salvaje en el Congo, cuyo eje principal son los gorilas de montaña, trae prosperidad a la región, y gracias al dinero aportado por el turismo, importantes proyectos de desarrollo se llevan en la región. Esto es lo que pone en jaque la codicia extranjera y la guerra por los minerales de sangre.
Y es que la empresa británica SOCO tiene una concesión de territorio congoleño para explotar petroleo. El 50% de dicha concesión está en Virunga. SOCO se une a la partida en la que ya se encontraban diferentes grupos armados, causando aún más inestabilidad y poniendo en peligro el parque nacional de Virunga, un parque nacional que es patrimonio de la humanidad y está protegido por la ley internacional.
«Si fracasamos aquí, se cae todo el sector de la conservación en el Congo»
Emmanuel de Merode
La codicia, representada muchas veces en la corrupción, pero en otras ocasiones perfectamente amparada por la ley, es el gran motivo que está poniendo nuestro planeta en jaque. No solo en la trama Gürtel, también en Virunga y en otros sitios. Erradicar la codicia es imposible, parece que viene grabada en el ADN de muchas personas. Lo que muchas veces escuchamos en películas o por terceros, en «Virunga» se muestra a través de las cámaras ocultas que algunos de los defensores del parque llevan para lidiar con SOCO. Palabras duras de gente sin escrúpulos, que se preguntan que puede hacer detrás de la «preocupación por unos malditos monos».
Sin embargo, Virunga y su petróleo no es la única batalla medioambiental y humana que se libra en el Congo. El otro gran interés de las grandes multinacionales sin escrúpulos es el coltán, un mineral que se encuentra en la mayoría de nuestros dispositivos electrónicos. Durante años, la demanda por estos dispositivos ha aumentado, y con ello, la demanda de coltán. El 80% de las reservas de este mineral se encuentran aquí. Dichas minas de coltán son controladas por diversos grupos criminales, en una lucha encarnizada por el poder.
Dichos grupos criminales utilizan la violación, el asesinato y la explotación como arma. De nuevo, todo ello como herramienta sin escrúpulos para explotar la tierra de los congoleños. Se cree que detrás de estos grupos de rebeldes se encuentran múltiples multinacionales, entre ellas la ya nombrada SOCO. Si queréis saber más del funcionamiento de este oscuro mercado, os recomiendo el programa de «En Tierra Hostil» sobre el tema, porque de este tema podría hablarse mucho, metiendo muchos países, empresas y rumores que rondan este secreto a voces.
Hay que decir que hace escasos meses, la Eurocámara aprobó un proyecto de ley para obligar a certificar que en la UE no se utilizan minerales de sangre, lo cual increíblemente, era voluntario, y lo sigue siendo, pues de momento la ley es un mandato. Cualquier empresa europea podría venderte una tablet o un móvil construido a través de la violación y el asesinato; y es que el 80% de las empresas optaban por no someterse a esta información voluntaria.
No podemos luchar contra la codicia. Sin embargo, si que podemos indignarnos contra ella y pedir que se legisle contra ella. La codicia no es penable. Sus consecuencias si lo son. La codicia, junto a nuestra forma de vida poco sostenible con el medio, es lo que nos está arrastrando al foso. Creo de corazón que esta es la única forma de cortar de raíz y de forma permanente la cuenta atrás que nos está llevando a decapitar el planeta.
«Uno debe justificar su existencia en este planeta. Los gorilas justifican mi existencia. Ellos son mi vida. Si hay que dar la vida, moriré por los gorilas»
Andre Bauma
Para ayudar a esta situación, es importante hablar de la campaña del IJG, «Movilízate por la Selva», la cual tiene como objetivo la recogida de móviles en desuso. Por cada móvil donado, no sólo estarás ayudando de forma indirecta, mediante la reducción de la demanda de coltán. También se destinará ayuda económica, tanto a la conservación del ecosistema de la zona, como a la escolarización y desarrollo de las comunidades locales, además de al centro de recuperación que el IJG tiene en la república democrática del Congo, donde decenas de primates son rescatados anualmente, y protegidos a diario:
La campaña«Movilízate por la selva» del Instituto Jane Goodall, a la cual os remito, permite a cualquiera mandar su móvil de manera muy sencilla, o donarlo a un agente movilizador que se encargará del envío (Labor que realizamos en la asociación Avafes León en la facultad de veterinaria de dicha ciudad), sorteando apadrinamientos de algunos chimpancés rescatados en Tchimpounga, como Lemba. Y es que la explotación y la codicia del Congo no entiende de especies, y los gorilas de Virunga no son los únicos afectados. Las minas de coltán van agotándose, se requiere deforestar la selva para buscar más. La guerra y la disminución del hábitat afectan a todos los animales del Congo, entre ellos, a chimpancés como Lemba:
Lo que ocurre en el Congo es una batalla que no es exclusiva. Es la lucha de la conservación contra la explotación del medio natural; pero sin embargo, parece que en diferentes partes del planeta, se intenta vender que también es la lucha contra el progreso. Hay muchas formas en las que una nación tiene que progresar. Tal vez el ecoturismo, la conservación y el impulso del desarrollo local sea más lento que los ríos de petróleo, pero en los tiempos en los que nos encontramos, en la cuenta atrás que el planeta nos está dando, tal vez la explotación sin escrúpulos del medio no solo sea la forma inmoral de conseguir el progreso.
Tal vez también sea la opción inviable si queremos que las futuras generaciones puedan vivir dignamente en un planeta en el que aún quede belleza. Y tal vez todo esto no sea más que otro párrafo idealista e hipócrita desde un sofá en el primer mundo. Pero los hechos son los hechos, la gente digna del Congo no solo está luchando por Virunga, ni siquiera por el país. Está manteniendo una lucha que debiera darse a nivel global. La lucha por proteger nuestro patrimonio de la codicia de unos pocos, por preservar nuestro medio ambiente y asegurar el bienestar de las futuras generaciones. Esa es la lucha que se mantiene en el Congo.
«Lo que verdaderamente me aterra, es que cuando esto se publique y salga a la luz, la gente lo vea, y siga con su vida y no se haga nada al respecto.»
Mélanie Gouby
Si quieres ayudar, además de animarte a reciclar móviles con el IJG (O con MONA, en Girona), apoya al documental «Virunga» cuando se pueda ver legalmente en España (Alrededor de Octubre, Netflix verá la luz en nuestro país). No apoyes a empresas como Banesto, relacionadas con SOCO. También puedes unirte al #TeamVirunga o donar para ayudar al parque. Si quieres saber más de como solucionar el conflicto de los minerales de sangre, y como aportar tu granito de arena, te recomiendo este post que trata temas como los móviles libres de coltán de zonas de conflicto.
Y como en otras ocasiones, difundir la palabra es una gran ayuda también. Os animo a compartir el post y a seguir el blog en el facebook y twitter de Nasua; cuantos más seamos, más fuerza tendrá nuestra intención de concienciar y educar para asegurar el bienestar animal y la conservación de la naturaleza. Un saludo!
PD: Me despido con la canción oficial del documental «Virunga», la cual es preciosa:
El ultimo censo de gorilas de montana calculo que habia 480 gorilas en todas las Virunga, incluyendo RD Congo, Rwanda y Uganda. Hay otros 400 en Bwindi, Uganda.
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