¿Son los ratones la gran fobia de los elefantes?

Los elefantes aparecen retratados en múltiples películas y series como gigantescas criaturas torpes, que en contraste con su tamaño están asustados de pequeños roedores. Sin duda queda efectista y gracioso en la gran pantalla, pero parece que hay poco de verdad en este supuesto miedo a los ratones.

Lo cierto es que ya en la antigua Grecia existen fábulas de ratones que entran por la trompa del elefante y le vuelven loco. Incluso el médico irlandés Allen Moulin buscó justificación anatómica a tal teoría, causa de la famosa fobia de los paquidermos; en Dumbo y otras películas animadas también explotan esta irónica relación. Sin embargo, un elefante poco tiene que temer a un roedor, como os podéis imaginar, salvo su aparición (o la de cualquier otro animal rápido y de movimientos bruscos) correteando entre sus enormes piernas, y de hecho este mito ha sido descartado por varios expertos en estos gigantes africanos. Aunque no lo he puesto en el título, claramente esto es un #CazadoresDeMitos.

Elefante africano – Fotografía de Sebastiao Salgado

Lo cierto es que la realidad supera a la ficción, y existen unos animales muy pequeños que sí despiertan temor en los elefantes: Las abejas. Y es que las abejas africanas son más agresivas que las europeas y de picaduras más dolorosas, algo que puede llegar a ser muy dañino para los elefantes, especialmente cuando las picaduras caen sobre su sensible trompa o sus finas orejas, zonas muy sensibles en contrastes con el resto de su gruesa piel.

La alarma que suscita la cercanía de estos insectos hace que los elefantes, al menos en el este de África, tengan un sonido específico para informar al resto de compañeros de la presencia del enjambre. El lenguaje de los elefantes es muy rico, sin embargo, es una de las llamadas más específicas que se han encontrado, un hallazgo muy importante pues es uno de los primeros sonidos en adquirir una traducción clara «elefante-lenguaje humano».

Las primeras observaciones etológicas que evidenciaron esto fueron las de la ONG «Save the Elephants», que mostraron en 2002 como los elefantes esquivaban las acacias con abejas. Comportamientos similares se han visto relacionados con especies de hormigas africanas, sin embargo, ello no ha tenido las increíbles aplicaciones que luego veremos. Esta fobia a las abejas fue confirmada por una zoóloga, Lucy King, que grabó el sonido de estos enjambres y lo reprodujo cerca de varios grupos de elefantes, obteniendo la siguiente respuesta:

Pero…¿Tiene esto alguna aplicación? ¿Tendrá que corregir Tim Burton la fobia de Dumbo en el futuro remake de la película? Lo cierto es que esta fobia podría ayudar a conservar a los paquidermos africanos.

Para comenzar, debemos decir que los elefantes, ahí donde los veis, son uno de los animales «más destructivos» con los cultivos humanos. La expansión poblacional ha hecho que elefantes y humanos deban convivir, o más concretamente, agricultores y elefantes. Las plantaciones, único recurso de muchas poblaciones rurales, son un manjar para estos animales.

Relaciones similares ocurren en nuestro país, siendo bastante normal ver hozaduras de jabalí en huertos saqueados. Mismamente, nuestra relación con el lobo ibérico también es muy similar. ¿Cuál es la opción? ¿Controles letales? Poco recomendables éticamente (e incluso científicamente), más en una especie tan en peligro de extinción. ¿Qué la gente se las apañe? Esa es la idea que tienen algunos con el lobo en España, y es la que está llevando indirectamente a que se muestren decapitados en carreteras asturianas. Las poblaciones rurales, en directo contacto con la fauna silvestre, deben ser los conservadores últimos de estos animales, y por ello, se debe apoyar esta convivencia.

Elefantes africanos – Fotografía de autor desconocido

 

Las medidas de protección apoyadas por gobiernos y ONGs son sin duda la medida más razonable, que puede satisfacer tanto a agricultores como conservacionistas. Con herbívoros pequeños es más fácil, incluso con depredadores del ganado…pero…¿Cómo detener al mamífero terrestre más grande sobre la faz de la Tierra?

¿Veis por donde voy? Fue la propia Lucy King y esta ONG quien comenzó en 2007 un proyecto en Kenia, creando «Cercados de colmenas», con una colmena cada 10 metros: Si un elefante intentaba llegar a los cultivos, tocaba la barrera y las abejas eran liberadas. Durante los años siguientes, se demostró que este método podía reducir los saqueos, especialmente si es combinado con otros métodos como el uso de perros guardianes.

Barrera-colmena – Fotografía perteneciente a http://elephantsandbees.com

El proyecto ha continuado expandiéndose, apostando no solo por utilizar las abejas como método de protección, sino como fuente de recursos: La calidad de la miel ha ido también mejorando junto a la eficacia de las barreras.

La propia ONG recoge la miel y la prepara para ser vendida como un producto sostenible y de comercio justo. La idea es que la miel producto de estas barreras pueda ser vendida por servicios turísticos de varios países africanos, como los hoteles y organizadores de safaris.

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Tarros de «Elephant friendly honey» – Fotografía perteneciente a http://elephantsandbees.com

La idea se ha expandido por África en 9 países: A la pionera Kenia se unieron Botswana, Mozambique, Sudáfrica, Tanzania, Uganda, Chad, Gabón y Malawi. El proyecto ha comenzado a tomar forma en Asia, donde agricultores de Sri Lanka, India y Tailandia ya cuentan con barreras similares. Su implementación en Asia requirió de nuevos estudios, pues por ejemplo Sri Lanka posee tres especies de abeja con diferentes características comportamentales. En India y Malasia se ha comenzado a usar dando eficacias superiores al 70%.

La idea demuestra así ser aplicable a diferentes especies de elefante, abeja e incluso distintos hábitats, pues no olvidemos que en África podemos encontrar elefantes en extensas sabanas y frondosos bosques, y los agricultores ligados a todas estas variables se pueden beneficiar del proyecto, incluso aunque no esté implementado por la ONG en su país gracias a los manuales gratuitos para realizar estas barreras. Os dejo el vídeo oficial del proyecto, en el cual Disney Conservation Fund y la Universidad de Oxford también participan, además de la web, donde podéis colaborar:

 

Bibliografía empleada:

  • Elephants Have an Alarm Call for Bees – Science
  • Bee Buzz Scares off African Elephants – NatGeo
  • Web del proyecto «Abejas y Elefantes

Lo que no nos hace humanos: Luto

Entre las habilidades cognitivas complejas más llamativas para el ser humano en otras especies, destaca la consciencia de la muerte y el luto; principalmente documentado en grandes simios, mediante las reacciones de individuos ante la muerte de congéneres; sin embargo, día a día se encuentran casos similares en otros animales más alejados de nosotros en la escala evolutiva. Como recordaréis, en «Lo que no nos hace humanos» busco traer características tradicionalmente asociadas al hombre y al que se atribuye su exclusividad, en este caso, hablamos de luto como «respuesta comportamental a la muerte», no de vestir de negro y realizar funerales, si bien hay animales que presentan comportamientos que podrían tratarse como ritos.

Recientemente uno de estos encuentras se ha dado en una pareja de langures dorados de nariz chata (Rhinopithecus roxellana), que fueron observados en la reserva natural nacional de Zhouzhi (China). Durante la jornada de campo, la hembra “DM” mostraba signos de debilidad, resultando finalmente fallecida. La secuencia de acontecimientos sucedió durante la observación, por parte de investigadores de la Universidad de Kyoto (Japón), de un grupo de 150 monos de esta especie en la reserva natural nacional de Zhouzhi (China). 

Ejemplar de R. roxellana. Fotografía de David Blank

Durante el estudio, los expertos percibieron que, en un subgrupo, una hembra apodada “DM”, reaparecía tras 3 días, presentando epistaxis (sangrado por la nariz) y signos de debilidad. Un macho del grupo conocido como “ZBD” se acercó donde esta yacía, tocando su mano dos veces de forma suave, mientras realizaba advertencias al resto de los miembros del grupo.

Posteriormente “DM” subía a un árbol, siendo seguida por “ZBD”. Tras unos minutos de acicalamiento. Tras esto, “DM” se precipita al vacío, recibiendo una contusión que la deja en estado crítico. Los miembros del grupo realizaron vocalizaciones de alarma y descendieron para rodear a “DM”, y durante 50 minutos rodearon el cadáver para inspecionar a la hembra, olerla, realizar grooming (acicalamiento con importancia social en primates), abrazarla y agarrárla del brazo con delicadeza.

Poco a poco, algunos miembros del grupo fueron alejándose del cuerpo de “DM”, mientras que otras hembras adultas y “ZBD” permanecían a su alrededor. Las hembras realizaron grooming entre ellas mientras que “ZBD” continuó realizando miradas, toques y gromming a “DM”, que finalmente falleció. “ZBD” permaneció con el cuerpo sin vida durante varios minutos, continuando con la misma actitud. Finalmente se aleja del cadáver de “DM”, realizando miradas de forma esporádica, para posteriormente sentarse a la orilla del río, observando tanto al grupo como a su compañera fallecida. Tras su marcha, los investigadores quemaron el cuerpo, sin embargo, el grupo retornó al lugar del fallecimiento, donde “ZBD” permaneció varios minutos.

No es el único caso; miembros de otros grupos taxonómicos han demostrado tener comportamientos que podrían significar algún tipo de duelo. El caso más conocido es el de los elefantes, los cuales inspeccionan durante largos periodos los cadáveres de otros miembros de la especie, hasta el punto de volver varias veces al esqueleto de un compañero fallecido. En ese sentido os recomiendo el documental «El alma del elefante» que trata de esta especie, enfocando la obra en dicho comportamiento de luto.

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Elefante asiático en Tailandia. Fotografía de Alexander Klink

 

Como se comentaba al principio, el luto y la reacción a la muerte de miembros del grupo ha sido bastante documentada en los grandes simios, especialmente en chimpancés, comenzando por el registro de las reacciones de Flint a la muerte de su madre Flo, hecho observado por Jane Goodall en 1972. Existen otras especies que muestran luto, entre ellas algunos cetáceos (y apostaría a que la inmensa mayoría de ellos simplemente es que no está documentado). Se han registrado muchos casos donde los delfines arrastran a sus crías muertas durante horas antes de dejar que se hundan en el océano. El mismo comportamiento se ha visto en orcas.

Como en muchas ocasiones en el campo de la etología, el excepticismo esgrime como arma el antropomorfismo. Pero lo cierto es que, a pesar de la dificultad de medir niveles hormonales ante situaciones improvistas como puede ser la muerte de un miembro del grupo, la bióloga Anne Engh comprobó la subida de glucocorticoides (hormonas relacionadas con el estrés) en los miembros de un grupo de papiones del delta del Okavango, tras la muerte de una de las hembras del grupo (Engh et al. 2006), vamos, que demostró de forma científica que la muerte de este ejemplar generó estrés en el grupo.

Reacción ante la muerte de un chimpancé en Camerún. Fotografía de Monica Szczupider

Aún así, aún se desconocen todos los múltiples factores que pueden influir en la respuesta a la muerte, como pueden ser la propia circunstancia de la muerte, factores culturales o la relación social entre los miembros del grupo. Así, por ejemplo, Ian Douglas-Hamilton registró un fenómeno de luto en elefantes en el que solo participaron hembras de diferentes familias, pero ningún macho.

Lo que está cada vez más claro es que la empatía hacia otros congéneres fallecidos con los que se guardaba un vínculo no es exclusiva del ser humano, y cada día, parece ampliarse más el abanico de especies que sufren respuestas similares a las nuestras ante procesos traumáticos como la muerte de otro animal. Queda en mano de los etólogos un estudio exhaustivo de estos eventos para continuar rompiendo las barreras entre los primates humanos y el resto de fauna del planeta.

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Fotografía de Bing Yang et al.

En el caso de esta entrada, es una actividad que realicé durante el curso de Especialización en Biología y Comportamiento de Primates organizado por la gente de IPRIM. Os recomiendo seguirles en las redes sociales, tanto a ellos como a fundación MONA, si estáis interesados en formación e información de ese orden de animales tan maravilloso al que pertenecemos que son los primates. Como en otras entradas del blog, os animo a seguirlo en las redes sociales del blog: Facebook y Twitter, que me permitirá tener mayor alcance con esta herramienta divulgativa. Como siempre, encantado si participáis en los comentarios. Nos leemos!

Artículo original: Bin Yang, James R.Anderson y Bao-Guo Li:»Tending a dying adult in a wild multi-level primate society».Current Biology 23 de mayo de 2016 DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.cub.2016.03.062

Cazadores de mitos: El elefante recién nacido

Esta semana pasada he estado algo atareado así que no he tenido tiempo de escribir un post largo. Es por ello que vuelve de forma tan prematura «cazadores de mitos» para hablar de un caso que me choca bastante. Y es que en muchas webs, y sobre todo, en varias cuentas en las redes sociales que se dedican a compartir las impresionantes imágenes que representan la vida y obra de nuestro señor en el planeta, aparece la foto de un elefante, supuestamente «recién nacido», sostenido por unas manos. Sin duda una muestra del increíble milagro de la vida, que hace que una cría de piel rosada y de apenas 20 centímetros acabe en un elefante adulto de varias toneladas. Esta es la imagen en cuestión:

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Supongo que para la mayoría de lectores del blog, el hecho de que aquí hay gato encerrado es una obviedad e incluso puede que tratarlo aquí sea innecesario. Aún así, creo que es interesante traer esta imagen al blog. Lo que aparece en la foto es, en realidad, un feto de elefante. El origen de la foto es la reserva de Mabalingwe, sacada por una familia de turistas cuando el feto fue sacado del cadáver de un elefante adulto. El desarrollo fetal del elefante es muy interesante y largo, ya que la gestación de los elefantes ronda los 22 meses, es decir, casi dos años. La imagen que veis abajo corresponde a fetos de 99 días (a), 118 (b) y 176 (c). La barra es la escala y representa un centímetro, así que el feto de 176 días no sobrepasa los 12 centímetros. A esa edad, el feto posee un esqueleto muy desarrollado, especialmente comparándolo con el desarrollo fetal de otros mamíferos, pues hay que recordar que apenas lleva 6 meses de gestación, y aún le quedarían 16 meses.

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Hautier et al., 2012

Sin duda, el feto de elefante de la famosa foto se encuentra ya en un estado mayor de desarrollo, especialmente por el tamaño, pues «así a ojo» ya rondaría los 20 centímetros. Sin embargo, el tamaño de un elefante recién nacido es de un metro y el peso los 90 kg, con lo cual el feto de la foto poco tiene que ver con un recién nacido. Por no hablar del desarrollo epidérmico y la diferenciación de los dedos, entre otras muchas cosas. El aspecto de una cría de elefante africano recién nacida sería en realidad el siguiente, de hecho, podéis ver que aún está envuelto en la placenta.

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Fotografía de Martyn Colbeck

Como veis, al igual que otros herbívoros, los animales nacen ya muy desarrollados y se suelen levantar a escasos minutos del nacimiento, y poco se diferencian de las crías de elefante huérfanas que se recuperan tras la caza furtiva de sus padres. Os dejo también un link al vídeo del nacimiento de una cría en el zoológico de Bali, para que veáis que el parto de una elefanta sería mucho más fácil si sus crías tuvieran el tamaño de este nuevo bulo. Como siempre, Nasua también está en las redes (facebook y twitter) donde comparto noticias, reflexiones e iniciativas de otros blogs y webs. Si os ha gustado el post, os sugiero amablemente compartirlo por las redes sociales! La divulgación científica y educación ambiental no es nada sin el boca a boca! Nos leemos, gente!

Bibliografía empleada:

  • Foetal age determination and development in elephants. Thomas Hildebrandt et al.

 

El precio del marfil

Como ya es he hablado en otras ocasiones en el blog, los elefantes sufren una complicada situación debido a la caza furtiva en busca de marfil. Pero cuando un elefante muere por sus colmillos, muchas veces una cría queda huérfana. Es así como la fundación David Sheldrick Wildlife Trust decidió crear un orfanato en el que han conseguido sacar adelante más de 150 elefantes en Kenya, y también a muchos rinocerontes, que sufren el mismo problema debido a la demanda de su cuerno; actualmente, Daphne Sheldrick lidera esta institución en el parque de Nairobi.

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Fotografía de Brent Stirton
Trabajar con animales huérfanos es difícil, especialmente con elefantes, animales con una inteligencia enorme, que recuerdan los traumas a los que les sometieron sus captores. Es curioso saber que en países con guerras históricas que afectaron a la fauna salvaje, como puede ser la guerra civil de Mozambique, los elefantes cargan contra los coches que hacen visitas turísticas, debido a la fuerte y cruel masacre que se produjo contra ellos 20 años atrás para financiar la guerra por parte de grupos armados. Sin embargo, en otras partes de África no es complicado interactuar con elefantes en estado salvaje.
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Fotografía propiedad de David Sheldrick Wildlife Trust (DSWT)
Así, una cría de elefante que acaba de perder a sus seres queridos por culpa de la mano del hombre difícilmente va a confiar en el personal de los orfanatos. Así que lo primero es ganarse la confianza de estos animales. Esto es muy importante ya que muchas veces son animales que vienen con importante desnutrición, ergo deben recibir leche materna artificial cuanto antes. En otras ocasiones, los animales vienen con importantes heridas de machete o hacha causadas por los furtivos, y requieren de atención médica urgente.
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Fotografía propiedad de DSWT
Posteriormente a estos animales se les asignan cuidadores, los cuales pasan en estado salvaje las 24 horas al día con sus madres, ergo en este tipo de orfanatos, los cuidadores llegan hasta a tener una cama en el recinto donde duermen las crías.
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Fotografía de DSWT
La pérdida de la familia en la infancia de estos animales hace que los cuidadores se conviertan durante un tiempo en su nueva familia, cuidando así no solo la salud física de los animales. Esto es debido principalmente a que un animal inestable psicológicamente y con traumas puede no ser bienvenido en las manadas salvajes y ser rechazado.
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Fotografía de DSWT
Sin embargo, el objetivo es que estos animales acaben volviendo a su estado salvaje. Por ello, es vital, conforme el animal va volviéndose cada vez más independiente, que se relacione con individuos de su especie y comience a distanciarse de sus cuidadores. Es ahí donde entra la importancia de la relación entre los huérfanos, para que recuerden que son elefantes, y que deben comportarse como tales para sobrevivir en la posterior vida adulta.
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Fotografía de DSWT
En este proceso, pasan a un centro de rehabilitación en el que tienen ya más libertad y no dependen tanto de los cuidadores, para que empiecen a establecerse lazos fuertes entre los animales, tanto entre los huérfanos que han crecido juntos como con los antiguos huérfanos rehabilitados, que ya forman manadas salvajes que son las que dan la bienvenida a las crías de elefante.
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Fotografía de DSWT
Dependiendo de la edad a la que el elefante se quedo huérfano, la personalidad del animal y los vínculos que establezcan con otros elefantes, los huérfanos podrán volver antes o después al medio natural. Curiosamente, los elefantes salvajes toman parte en el proceso, visitando a los huérfanos e interactuando con ellos, e incluso acompañándolos a la espesura una vez ya pueden realizar incursiones. Es relativamente común que las hembras salvajes cuiden a estas crías huérfanas.
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Fotografía extraída de elephantsforever.net
Los elefantes nunca olvidan, y así, muchas veces los ex-huérfanos vuelven con heridas en busca de ayuda, o acompañadas de sus crías, a las cuales no pueden alimentar con leche en épocas de hambruna. Muchas veces estas situaciones son causadas por el hombre, así que los individuos aprenden a temer a los humanos que no conocen.
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Fotografía de DSWT

Si quieres ayudar a estos animales a prostepar, puedes plantearte regalar un apadrinamiento de uno de estos huérfanos por navidad. Como siempre, Nasua también está en las redes (facebook y twitterdonde comparto noticias, reflexiones e iniciativas de otros blogs y webs. Si os ha gustado el post, os sugiero amablemente compartirlo por las redes sociales! La divulgación científica y educación ambiental no es nada sin el boca a boca! Nos leemos, gente!